26 de junio de 2013

EL PERDEDOR



   Bueno, pues al final parece que Igor va a tener que seguir pidiendo perdón por quedar segundo. Es que yo entiendo que las cosas son mucho más simples que lo que la gente intenta explicar. Vamos a ver, que yo sepa aún no he visto a nadie que dijese que Igor ha ganado el concurso, ojo que no digo que no los haya despistados también, pero no, me temo que no. Se intenta dar la imagen de un Igor perdedor, fracasado y reventado por no haber sido el ganador, enrabietado porque el premio gordo se lo llevó Susana y no sé cuántas lindezas más, hay gente que incluso lo celebra como si no hubiese mañana, lo más de lo más, un episodio orgásmico el solo pensar que ha quedado segundo, se le dedican frases y frases, se incide en el titular, Igor no ha ganado, pero se repite una y otra vez….”¿os habéis enterado? Que Igor no ha ganado¡¡¡¡”. Parece como si sonase a liberación de adrenalina después de por lo visto tener el miedo metido en el cuerpo durante bastante tiempo y ahora estallase de puro placer, es la osti…. Igor no ha ganado. No nos habíamos enterado. Bueno, pero si por alguna casualidad, alguien ha llegado tarde, ya se lo recuerdo yo, Igor ha quedado segundo, la ganadora de Gran Hermano 14 fue Susana.

  Por eso, porque como es un perdedor y un reventado, anoche en el debate final se le dedicó casi un setenta por ciento del argumento, todo giraba en torno a Igor, le entraron por todos lados, por la derecha, por la izquierda, por delante y por detrás, lo frieron a videos a cual de todos peor, la presentadora para no perder su costumbre le dedicó sus curtidas excelencias, la gente le abroncaba, le miraban con desprecio e intentaban ridiculizarlo, la ironía volaba bajo una capucha de falsa sonrisa “chinchante” a la que no hacía falta poner subtítulos, el te jodes era más que evidente. Y a mi, que por momentos me pareció todo mucho más patético que lo que se quiso aparentar en realidad. Todo un camino de despropósitos intentando resarcirse de posiblemente algo que muy poca gente haya tenido en cuenta, la soberanía de la audiencia. Pues no, esa tampoco por lo visto cuenta, lo único que cuenta es que, atención, Igor ha quedado segundo¡¡¡¡¡¡. Lo demás es puro reviente. Los veintitrés que han quedado por debajo no existen, son solo fantasmas de atrezo necesarios para acentuar la gran verdad de la vida, el maletín, se lo llevó Susana y no Igor. Igor ha perdido, señores, y si ha perdido es por algo, eso es evidente.

  ¿Y porqué ha perdido?. Pues está claro, porque ha sido un falso, un manipulador, un encantador de serpientes, un engañabobos, un mentiroso compulsivo pero sobre todo porque ha sido una mala persona y apenas ha generado amigos, porque ese cuarenta y siete por cierto de gente que le votó en la final se equivocó de tecla  al marcar y lo hizo sin querer, por tanto no representan a nadie y no cuenta. Ha perdido, porque si hubiese ganado muchos tendrían que haberse tragado sus palabras y haber agachado la cabeza, porque si hubiese ganado el programa habría quedado en entredicho y todas esas horas de gala y videos en su contra le habrían resultado un tanto ¿molestas?, porque si hubiese ganado Mercedes Milá y mucha de su familia se lo habrían tenido que revisar, lo suyo digo, por eso ahora todo el mundo está tan contento. Llenándose de razones a cual más histérica, si ya lo decían ellos, que para algunas cosas tienen tan buen ojo y nunca se equivocan, sobre todo a la hora de elegir su favorito.

   Igor es lo peor de lo peor, el peor concursante que haya podido pisar un plató de televisión,  que ha basado su concurso en hacer daño a todo el mundo, que su juego ha sido vil y rastrero poniendo siempre a todos sus compañeros a caldo, malmetiendo y falseando la realidad, un personaje vomitivo y asqueroso a quien nadie apenas le dirige la palabra, un tramposo aprovechado que ha estado sirviéndose de su hijo, de sus pasadas adicciones y de su problemática relación para dar pena a la audiencia y así mendigar un poco de comprensión, un mindundi  insignificante que solo ha provocado conflictos en la casa y generado mal rollo, una persona ruin, rastrera y de nula personalidad y menos categoría a quien la suerte le ha favorecido porque la poca gente que lo apoyaba eran unos locos histéricos que no saben ni donde tienen su mano derecha, por eso ha perdido y ha quedado segundo. Porque se lo merece. Porque los segundos no cuentan, cuentan los primeros, los terceros, los cuartos, todos los demás menos los segundos, los segundos son simple y llanamente unos fracasados y que con el tiempo se demuestra que están reventados de haber quedado segundos. Anoche lo pudimos observar bien.

  La tristeza que asomaba en su cara, su desgana, su mal perder, su rabia contenida por no haber ganado  que hizo que sacara lo peor de si y arremetiese contra todo quisqui insuflando todo ese arsenal de frustración que le envolvía. Anoche lo pudimos observar todo bien, lo felices que estaban todos porque Igor no había ganado, se les notaba a la mayoría esa cara de felicidad que se siente cuando el triunfo te lo justifica todo, esas caras de satisfacción de verlo ahí arrodillado y mordiendo el polvo, noqueado y hundido, abatido y amargado por no haber ganado. Y es que Igor tiene muy mal perder, es algo que se nota a mil leguas que no lo puede soportar, que le corroe y lo envenena. Eso, era los que les hacía felices. Demostrarle a todo el mundo que ellos siempre habían tenido razón cuando se han referido a Igor, porque ellos nunca mienten, porque ellos siempre van de cara y todo lo hacen porque ellos son así de espléndidos y generosos, y anoche quedó todo claro, la misma presentadora les echó un cable, estaba todo tan cristalino que no hizo falta mucho alarde para comprenderlo todo.

  Eres un mentiroso y te has tirado el concurso mintiendo, has mentido a todo el mundo, le dijo poniéndose el pinganillo por montera y sonriendo con esa justicia suya que hace sentenciarlo todo, los palmas de las manos de todos sus cómplices  ensordecían, mucha gente que en ese momento estaba viendo la televisión se frotaba las manos, ahí le has dado, si señora, esa es mi Mercedes, ahí, ahí, muy bien…. Ella se giraba a la cámara, abría sus ojos y sin pestañear, soltó aquello de hombre ya, que yo me paso las veinticuatro horas viendo el directo, y entonces, fue cuando Igor, avergonzado claro está por toda esa gran verdad que la conductora le había soltado sin contemplaciones, levantó la mano y le pidió permiso para hablar, perdona Mercedes… dime Igor…  una…  una que… una solo… dime solo una mentira que yo haya dicho… solo una… pero como que una, si te has tirado el programa mintiendo… vale, si, pero tú, solo dime una… pero si has mentido mucho… dime solo una…. Pues no. No le dijo ninguna. Solo cambió de tema.

  Muchos le siguen la estela. Es muy fácil hacer eso y abrir el debate, crear opinión, sentenciar sin juzgar siquiera, etiquetar aludiendo al “es lo que pienso”, pero a la hora de argumentar  no saber hacerlo y quedarte en bragas, porque eso fue lo que hizo anoche Mercedes, me rio yo del espectáculo de la otra gala cuando las mostró, anoche lo hizo sin despeinarse siquiera y sin querer hacerlo. No había ni una, o al menos no se acordaba en ese momento, mecachis, bueno pero no importa, lo que importa es que has quedado segundo, y eso es demasiado para el cuerpo. Olé.

  Apenas supimos nada de Susana, la ganadora. Desi estuvo patinando sobre el hielo del plató, los gemelos haciéndose la ola ellos solos y para ellos mismos, Kristian pasaba por allí de invitado y el resto de los concursantes sonriéndole a la cámara y luciendo sus mejores galas. Igor lo acaparó todo y más, el perdedor, el desquiciado, el fracasado les volvió a dar el argumento y sobre él giró casi todo el debate. Él los ha hecho grandes a todos, incluida la presentadora, les ha dado a cada uno de ellos toda su justa importancia, la que cada uno se merece, anoche quedó demostrado. Sin él, esta edición no habría sido igual. Ha sido el alma sobre el que ha discurrido toda la segunda parte, debería de cobrarle royalties a Miriam, a Sonia, a Desi, a Juan Carlos,  a los gemelos y hasta a la propia presentadora por no tener que repetirse y volver a refugiarse en el argumento absurdo de las gracias de Desi.

 No, no ha ganado…. Pero cualquiera lo diría.

21 de junio de 2013

SE APAGÓ LA LUZ



   Las luces se apagaron, aunque no lo viésemos. Lo intuimos. Es un ejemplo claro de lo que ha sido la edición. Las prisas del directo, los nervios del último día, el tiempo que se echa encima…. Cosas habituales que suelen suceder en la vida diaria y que a veces traen como consecuencia el olvidarnos apagar la luz, las dudas después de haber salido y pensar en si se habrían apagado o no. No hace falta que demos marcha atrás y a la desesperada lo confirmemos, están apagadas y bien apagadas. El ritual es puro romanticismo, una liturgia más de tantas que nos identifican con Gran Hermano pero que a base de repetirse cada año se terminan convirtiendo en todo un clásico, un símbolo. Significa que la edición ha terminado, que la casa se cierra y se inicia una nueva espera hasta que se vuelvan a encender. Es todo muy simple, sin esas luces  Gran Hermano duerme. Los concursantes vuelven a su vida y nosotros a la nuestra. Solo queda el recuerdo, la resaca de las últimas horas, los últimos comentarios y apreciar que las noticias poco a poco se van espaciando. Cambia el escenario, la casa de Gran Hermano se traslada al papel “couché”.  Simplemente es otra historia.

  Ahora estamos de resaca. Esperamos un debate “rematador” del que ya sabemos hasta la ropa que vistieron. Solo son síntomas de la adicción que muchos padecemos,  nos encontramos en plena fase de desintoxicación sintiendo los últimos temblores. Tranquilos, pasará… siempre pasa. El apagado de las luces es la primera inyección. Cuando eso ocurre, siempre suele suceder que caemos en la tentación de darle al mando en busca del veinticuatro horas, miramos la hora de vez en cuando pensando en que no se nos pase la hora del resumen, buscamos  las nuevas entradas y los nuevos comentarios como siempre y enseguida nos damos cuenta de que no, que tontos, decimos, pero si ya se terminó. Os aseguro que no es grave. Es como la frontera entre la noche y el día, esa sensación de silencio que poco a poco se va adueñando de la noche cuando cae, cada vez se va oyendo menos ruido hasta que no se oye ninguno y cuando empieza a amanecer sucede lo contrario, el ruido poco a poco se va  adueñando de todo cuánto nos rodea… estamos al anochecer y el ruido simplemente va desapareciendo poco a poco, pero aún percibimos algo, de vez en cuando pasa un coche y nos asomamos a la ventana. La gente de Gran Hermano solemos ser gente de ruido.  ¿Verdad?.

  No espero grandes noticias y las que salgan de veras que apenas me interesan, para mí ya se apagó la luz. Unos días…. Como ese atardecer hasta que definitivamente se aleje todo el ruido y nos echemos a dormir. La edición en líneas generales ha sido mala, son catorce años y podemos comparar. No nos ha sorprendido nadie, las tramas ha sido demasiado previsibles, las pruebas muy poco trabajadas y los concursantes demasiado “normalistos”, todo demasiado preparado y antinatural, el guión ha sido esta vez demasiado escandaloso.  Hemos vivido la búsqueda desesperada de la carpeta, la dictadura de la doctora Walls, las matrimoniadas de Igor y Miriam con escenografía de la ruptura de Mai en riguroso directo, el “lejano oeste” de los gemelos, la charada de Danny y la entrada de su novia,  el vodevil semanal de Desi con robo de maquillaje incluido, la expulsión de Argi que hizo temblar los cimientos de la edición, una repesca esperanzadora que hizo cambiar todo el decorado y la reaparición estelar de Igor en su nuevo papel de malo oficial que estimuló una edición adormecida. Cuatro larguísimos meses para muy poca sustancia, todo se ha desarrollado con una lentitud exasperante y lo peor de todo es que ninguno de los argumentos terminó de calar hondo en el espectador.

  Ha habido fases interesantes y hasta emocionantes, la entrada de Igor y sus entrevistas y la expulsión de Argi quizás han sido las de mayor trascendencia. Ni las galas ni los debates  han estado a la altura de lo que se esperaban y han ido de la mano de la inoperancia de la casa, Mercedes ha intentado contrarrestar la falta de emoción con un histrionismo contraproducente que no ha llenado el vacío sino que lo ha terminado de desquiciar, las innovaciones no han funcionado como debieran, ni la información del exterior  ha conseguido el objetivo esperado ni la nueva aplicación de  appgree  ha revolucionado el formato. La decisión del caso Argi y las nominaciones de Sonia y Kristian han causado cierta polémica, quizás han removido las redes pero de manera insuficiente, en definitiva una edición desde mi punto de vista anodina que no ha terminado de enganchar al espectador.

  Claro que habrá Gran Hermano 15. Estoy convencido. Pero se lo deberán de trabajar un poco más. Esta edición le habrá enseñado cosas, catorce años sobre las espaldas requieren de una mayor concentración y un mejor esmero si se quiere prolongar la línea. Los tiempos son difíciles para todos y no solo para la televisión, se requiere la huida del recurso fácil y bucear un poco más en la originalidad perdida, Gran Hermano se está haciendo adulto y nosotros ya empezamos a no ser tan niños, la experiencia se nos viene encima a todos y de ella hemos de beber, saberla administrar no creo que sea difícil, la búsqueda de ese equilibrio entre los datos y la esencia se hace estrictamente necesaria si lo que de verdad queremos es mantenerla en vida.

  Todo está reciente y aún calentito, es hora de análisis, de valoraciones y de correcciones, de saber que se han hecho cosas bien, pero otras no tan bien, los mismo también es hora de hacer alguna pequeña autocrítica y de demostrar un poco de humildad. La audiencia hay que recuperarla y volver a ilusionarla, pero eso no se hace de boquilla y restregándonos cada día que somos los mejores, hay que demostrarlo. La fidelidad sabe esperar. Solo estamos en el atardecer, después vendrá la noche y luego esperaremos un nuevo día.

19 de junio de 2013

GANÓ SUSANA



  He de confesar sin ningún pudor que esta es la segunda vez que empiezo a escribir la entrada de hoy, cuando llevaba más o menos la mitad de la anterior he decidido borrarla y empezar de nuevo. No es que no me gustara lo que estaba poniendo es que no me terminaba de convencer y cuando algo no te convence lo mejor es empezar de nuevo. Que Susana se proclamase anoche como ganadora del concurso entiendo que es lo más razonable, que Igor quedase segundo a muy pocos votos de la ganadora lo entiendo como justo. ¿Qué más se puede decir de la gala de anoche?.

  Creo que muy poco más, el resto son anécdotas. No se puede discutir nada, ni siquiera debatir algo que se cae por su propio peso. No me motiva analizar una gala final de Gran Hermano desprovista de emoción alguna, de chance, de nostalgia si no es improvisada y arrancada desde las entrañas, robada de algunas imágenes como por sorpresa. Las buscaba e intentaba meterme en ella pensando tal vez en los recuerdos de otras finales más apasionadas, más auténticas. Solo la presencia de Argi, su defensa de lo que ella creía más justo a pesar de las impertinencias de una presentadora ansiosa porque se mojara, su abrazo con Igor, con Susana, pero sobre todo sus lágrimas de impotencia y de alegría,  de no haberlo podido vivir, o su defensa de quienes consideraba sus amigos frente a toda esa marabunta ávida de venganza y de rabia, fue como un soplo de aire fresco en la gala, la cámara se embriagaba de ella cada vez que la enfocaba, sus palabras se aceleraban como queriendo soltar todo aquello que llevaba dentro, incluso en eso fue elegante, se removía desde su asiento según veía que cosas hasta el punto de que la presentadora le tuvo que llamar la atención para que no copara tanto protagonismo, “parece que hoy te vas a resarcir,  para ser la única gala” o algo así le dijo.

  Porque anoche fue la gala de los tres. Era una gala de Gran Hermano, y ante una gala de Gran Hermano no se puede estar discutiendo sobre imágenes de ballenas, o sobre posibles infidelidades inventadas, no se puede estar debatiendo sobre si la cara era de vinagre o era de acelga, sobre alfombras rojas o si Igor le cae bien a poca o a mucha gente. No sé lo que pretendía Mercedes en su entrevista con Raki  al querer discutirle si quería o no a su novio, si hubiese habido algo con Juan Carlos o no, no creo que fuese necesario sabiendo que allá en la sierra aún estaban los ganadores,  los ganadores de Gran Hermano. Lo entiendo.
  
  Igual que entiendo que la entrevista con Desi ocupara casi una hora de duración, mucho más que la de la propia ganadora o que el segundo clasificado, pero una hora para no decir nada, para insistir en la pobreza de un espectáculo mal aconsejado, para impregnarnos de una cara de mala leche que no hacia sino trasmitir un pésimo mal rollo como si nos estuviese perdonando la vida. Y en eso es en lo que se reincidía, mucho Igor para tan poca Desi. Hoy más que ayer y después de haber visto su entrevista en directo más me reafirmo en la equivocación del personaje y en el error de la cadena en hacernos comulgar con ruedas de molino, no bastaba con ponerla en evidencia sino en ponernos en evidencia a todos los que en ese momento estábamos viendo la final. No merece la pena seguir con esto de verdad. No, pensando en que arriba aún estaba Susana y aún estaba Igor, y que dos metros más allá se encontraba Argi y la propia madre de Igor. De los gemelos y su enfrentamiento con ella mejor paso si no quiero deslucir aún más la gala.

  Nunca lograré entender la subida a Guadalix de los fans. Por primera vez en la historia conocerán la casa, se echarán en sus camas, compartirán con ellos una experiencia única nos anunciaron como si fuese la innovación del siglo… luego casi los echan a patadas. No puedo dejar de pasar el momento Raki, cuando acaban de comunicarle no solo que está expulsada, sino que ni siquiera es finalista, algo que tampoco entendí, el porqué de esa violencia moral innecesaria y ese desprecio más absoluto. Raki no era una de mis finalistas preferidas, pero anoche en ese momento sí que me hice un poco de ella, y más cuando en una escena esperpéntica y con los ojos aún llorosos de soledad angustiada se le presentan sus fans para decirle que va a ser la ganadora. “Pero si me acaban de expulsar”, les dijo una Raki desconcertada ante la mirada de incredulidad de sus dos seguidores. He visto escenas peores y mucho más tristes.

  Llegó el momento que todos estábamos esperando, y todo sucedió como si se hubiese puesto a llover. Susana se había convertido como todos esperábamos en la ganadora. Ella no se lo podía creer y su madre lloraba, pero la imagen de Lucia, la madre de Igor, nos hizo encoger el corazón, “chapeau”. Mientras Mercedes desahogaba con Desi  su intolerancia por Igor, este ya iba camino de plató. Todo sucedía a un ritmo vertiginoso. La soledad de la ganadora nos la mostraron con reparo y ciertas limitaciones, uno de los momentos más emocionantes iba a ser sesgado por un teléfono móvil y su maldito puck, pero el encanto del momento y la magia de la historia no tuvo inconveniente en ser transmutado por la voz sonora de un súper al quite invitándole a romperlo durante los segundos que duraba la conexión para preguntarle a su madre si era verdad o no. La respuesta, siempre y desde siempre, se la habría dado el propio silencio y la soledad de la casa, la del ganador.

  La entrevista con Igor no fue desafiante como en otras ocasiones. Mercedes no se quiso rendir ante la evidencia y no dejó pasar aquello de que para mucha gente seguía siendo un manipulador, era estrictamente necesario recordarlo para justificar su propia derrota y la de sus amigos, aún así, el post que había dejado por la tarde, el abrazo sentido con Argi, la defensa de su familia y lo que es más evidente, los números de la final, la abofetearon de una realidad incuestionable. Tal era la realidad, que una vez recibida Susana en plató ante el aplauso del público y de todos los concursantes y tras el abrazo a su familia, recibió la más sincera felicitación de quien había vencido. Pocas palabras, ellos dos habían sido los ganadores de la edición aunque Susana se llevase el maletín. Aún así, Mercedes le insistió en su derrota: “soy una persona competitiva, yo quería ganar, sé ganar, pero también he aprendido a aceptar las derrotas y Susana se ha merecido ganar”. No hay más palabras, le pese a quien le pese.

   Con Susana, la ganadora, se habló de su independencia, de su “historia de amor” con Gonzalo según la presentadora y de su servilismo. Susana explicó breve y bien su responsabilidad en todo y recibió su merecido premio de manos de Pepe Flores. No hubo más, salvo el intento desesperado de buscar una boca que se le resistía por parte de Gonzalo para que le enfocase la cámara. Mercedes se despidió de todos sin un nos vemos en GH15, salió por donde entró dejando a Susana sola en el escenario ante el desconcierto de muchos y  la incertidumbre de todos.

  Ya hemos hablado mucho de Susana, y lo único que me apetece destacar es que ha sido la justa ganadora y que ha merecido el premio. Me gustaría hablar más, mucho más, como en las entradas posteriores a las galas finales. Me hubiese gustado hablar de sensaciones, de emociones, de tristeza porque esto acaba, de apasionamiento a través de las letras, de alegría, felicidad, de fiesta, de buen sabor y deseo de que empiece una nueva edición, de muchas cosas que se suelen hablar los días después de la última gala. Pero algo me lo impide en esta ocasión,  quizás es que no lo haya encontrado o quizás la superficialidad de la edición me lo haya impedido, quieres pero no puedes, quieres hablar de Argi, de Igor, de esa alianza con Susana que les ha otorgado el premio del cariño de mucha gente, te apetece hablar de justicia y de injusticias, pero hay imágenes borrosas que actúan como filtro, Sonia, Desi, los gemelos y se me nublan las palabras. Me quedo con la imagen de los tres, Argi, Igor y Susana. Para mí, es suficiente.

18 de junio de 2013

LA GALA FINAL



  Ayer hizo público GH los porcentajes ciegos de la final. Ya dije que no me los creía pero eso apenas importa. Ha existido mucho mercadeo en torno a ciertos datos con el afán de movilizar a la audiencia, sospecho que son datos envenenados, no digo si serán ciertos o no ni  me importa solo que ante la poca transparencia que siempre ha habido en torno a éste tema prefiero cubrirme las espaldas y dar más importancia a mis propias sensaciones que a los filtros interesados que me pueda ofrecer cualquier otra parte interesada. Y mis sensaciones son claras, sospecho que la última en discordia es Raki dejando la final totalmente abierta para los otros tres concursantes. Me llamó especialmente la atención el empate entre los dos primeros concursantes pero aún más ese temido veintiuno por ciento que lo deja ahí a punto de llegar, un porcentaje más que goloso con el que poder jugar a igualar a los otros dos. Todo parece indicar que será una final interesante, ahora no estoy hablando de sensaciones, sino de previsiones y todas me conducen hacia una final igualada hasta el extremo de que la emoción pudiera suplir cualquier otro contratiempo sin ningún temor a equivocarse, no nos olvidemos que competimos nada más y nada menos que con Masterchef, todo un descubrimiento.

   Si tuviese que apelar a mi propia lógica escribiría que todo será un mano a mano entre Susana e Igor, pero aparte de haber estado avisando durante distintas entradas que ésta edición tiene poco de lógica no me olvido del medio en que nos movemos y lo que eso significa, por tanto, yo también espero a Dessi en ese punto final. No es por nada, es una oportunidad que la organización no va a dejar escapar independientemente de lo que la propia audiencia diga o la propia lógica te indique, solo son sensaciones. Eso será el verdadero vértigo, ver lo que sale después de todo ese complejo proceso,  una vez descartada Raki,  quien va a ver premiada su veteranía con un excelente puesto en la final a la vez que va a ser castigada su tibieza y su indefinición por un temido cuarto puesto.  

  Este complejo proceso va a estar representado por tres elementos diferenciadores, la organización, la audiencia y Gran Hermano. Aún no me he vuelto loco del todo, todos ellos forman parte de Gran Hermano en sí como pilares imprescindibles, pero digamos que en el juego que hoy se nos presenta toca apadrinar y la audiencia en boca de cualquier espectador que se tercie y abogue por los méritos contraídos y ganados a pulso va a apostar fuerte por la trayectoria de un Igor que ha sido complaciente con ella y le ha dado todo aquello que se ha demandado, se ha abierto, ha recapacitado y ha enderezado su dudoso concurso para terminar dando aquello que le pedíamos, no se ha ocultado y ha sido generoso más allá de cualquier circunstancia contraída, ha establecido cierto puente de complicidad virtual con el espectador que le ha aupado en la recta final al lugar que por méritos se ha ganado.

  Susana es una concursante Gran Hermano, reúne el perfil ideal de ganadora de cualquier programa de similares características y por tanto de ganadora Gran Hermano. Estéticamente es quien más le puede favorecer al concurso, una ganadora sin demasiadas estridencias que compendie pocas animadversiones, exenta de polémica, correcta, pulcra y que aglutine las diferentes vertientes de cualquier ámbito relacionado con el programa, buenos ojos de la organización, aceptación de la audiencia y méritos argumentados. Su proclamación no ofrecería dudas y dejaría contentos a casi todos. Desi es la tercera en discordia, la elegida por la organización como break, dar un paso más allá y anteponer la televisión como espectáculo al propio Gran Hermano, darle prioridad a éste como medio en detrimento de cualquier otro componente. Se asegura una buena publicidad ensalzando lo políticamente incorrecto y alejándose de encorsetados clichés, es la opción extrema, la más arriesgada y que supondría un punto y aparte en un formato que cerraría capítulo. Puede ser utilizada como gancho, como reclamo hacia lo desconocido, o no tanto viendo la trayectoria de la cadena, un punto de reivindicación de la filosofía que copa largas horas de emisión y en la que tendría “otro” buen ejemplo. Otra princesa del pueblo.

  Llegados a éste punto no sé hacia donde dirigirme, son tantas las cosas que quieres decir que no sé si cabrán todas. Se termina Gran Hermano, hemos discutido el concurso mediante toneladas de tinta pero hoy es la final, e independientemente de que la edición haya sido mejor o peor, todos los amantes del programa deberíamos estar de fiesta, es la culminación a muchas cosas, buenas y malas, mejores o peores, pero es el día en que se apagan las luces de la casa y eso para un yonki del programa son palabras mayores, son recuerdos de muchas horas vividas, de emociones y desengaños, de cientos de escritos y comentarios, de noches de sueño y aperturas ansiosas de ordenador en busca de saber si ha pasado algo. Es su noche, pero también es la nuestra.

  Mi favorita era Argi. Hay dos detalles en el blog que os lo puede certificar, uno es su permanencia en la casa y el otro es la rabia representada a través de una lágrima. Fue alta traición y me temo que muchos jamás lo podrán perdonar, Argi no está,  pero su espíritu quedará grabado para la historia en Gran Hermano, más allá de su propio concurso es el símbolo en que se ha convertido, su nombre irá aparejado a lo largo de todas las ediciones a la mayor injusticia cometida sobre un concursante, el día que alguien nos arrebató por la fuerza aquello que por derecho nos pertenecía, su sombra ha planeado durante todo el concurso sobre la edición y ésta se ha visto impregnada de su nombre a pesar de los intentos de que no fuese así. No sé, si en condiciones normales, hoy estaría ella en esa terna final, si sería la ganadora o si ya estaría expulsada desde hacía tiempo, nunca lo podremos saber, pero mis sensaciones sobre los finalistas no pueden quedar exentas de pronunciar su nombre por mucho que lo intente.

  No tengo favorito para ganar Gran Hermano 14. Es así de rotundo. Mis simpatías se reparten entre Susana e Igor y ninguno  de los dos me desagradaría como vencedor. Mi emocionalidad no me ha permitido más al igual que otros años ocurriese. A los dos, los vería justos ganadores y merecedores de llevarse el premio. Ambos han tenido cosas buenas al igual que malas, son unos perfectos imperfectos y por eso me gustan como concursantes, su corazón no me ha atrapado, ha faltado ese algo que otros años hiciera que me rindiese ante su concurso, quizás haya faltado feelling o quizás la sombra de Argi haya sido demasiado alargada y no haya podido deshacerme de ella, no lo sé, pero ha habido algo que no ha terminado de atraparme del todo. Lo mismo son bobadas, tonterías inaceptables para cualquier seguidor pero que han actuado de muro, de separación entre ellos y yo, posiblemente haya habido distancia entre su concurso y el mío, quizás la culpa haya sido mía y haya puesto el nivel de exigencia demasiado inexpugnable, lo que sea, no me lo han dado. Pero aún así, los reconocería como merecidos ganadores.

  Igor se merece ganar porque ha sabido rectificar, porque ha aprendido de sus errores y porque ha sido valiente y los ha reconocido, porque, esto que estoy diciendo solo es una visión particular, para mi no ha sido tan falso como dicen, es cierto que ha habido muchas cosas que me han desagradado, muchas, pero es que yo le pido eso a los concursantes, que demuestren sus miserias si las tienen, que no me las oculten, que las enseñen al igual que las cosas buenas que también las tienen, yo luego podré opinar, y opiné, e Igor fue expulsado de la casa que es lo que suele pasar a veces. Pero el concurso le dio otra oportunidad, y la aprovechó, corrigió muchos de sus errores y nos dio todo aquello que pedíamos. ¿Qué más queremos? ¿Qué sea perfecto? Nunca pido eso, ni lo quiero, solo que se muestren, y él lo ha hecho, por lo menos a mi, me lo ha parecido que lo ha hecho. El componente de “malo de la película” no lo ha hecho mejor, pero sí más interesante, y eso en un programa tan plano es mucho, es como cuando de pequeño te preguntaban si ibas con los vaqueros o con los indios y todos elegíamos indios aunque fuesen los malos, pero no sé porqué, lo mismo era por los colorines de sus ropajes, no tengo ni idea, pero parece que a veces, lo malo también atrae. Y en un caso como en Gran Hermano, la evidencia de lo “malo” tiene que ser tan poderosa como para convencerte, no por llamarlo así se le convierte en ello, porque podría pensar que se estaría jugando con mi propia inteligencia y yo no he visto en Igor  a ese “falso y malo de la película”.

  Quizás, sean pequeñas cosas sin importancia, pequeños detalles los que te hace decantarte, en líneas generales ha sido un buen concursante y nos ha dado mucho más que otros, todo ha sido relatado y argumentado con los días, sus cosas buenas y sus cosas malas, hoy voy de sensaciones y las mías son positivas hacia este concursante, no puedo pensar otra cosa. Eso si, siempre con respecto a los demás, le veo finalista y no me extrañaría verlo ganador, siempre con respecto a los otros concursantes, porque esto es un concurso y solo pueden quedar unos, nada más.

  Susana es otra concursante que no me apasiona. También es así de rotundo. Creo que mi distancia con ella ha sido evidente, yo la reconozco como concursante, y la puedo reconocer como ganadora con respecto a los demás. Pero tampoco me ha terminado de atrapar. Ella ha elegido otra opción distinta a la que ha elegido Igor, Igor ha pensado en la audiencia, ella no, ella solo ha pensado en sí misma, que también es otra opción y como tal la respeto, pero a la hora de valorar un concurso, esas cosas también cuentan, y hoy es ese día. Le reconozco su trayectoria, su equilibrio en el concurso, su sensatez, su coherencia, es un perfil que no creo que a nadie desagrade y por tanto debemos centrarnos en sus actos y estos han sido desiguales, han ido de cal a arena, creo que la ha faltado “simbiotizarse” un poco con nosotros, implicarse con la gente, acercarse, ser un poco más generosa con la audiencia, pero no lo ha querido así, y eso es a diferencia de lo que se pudiese pensar un punto a su favor, su independencia, ha elegido y yo al menos, le reconozco su valentía aún a pesar de haber deseado otra cosa.

  Su papel como concursante no ha sido muy activo, no ha sido tan protagonista como Igor, pero quizás igual de efectivo. Ha habido actitudes que me han molestado, como ese papel de cenicienta de los gemelos en busca de una mera aceptación, ese punto resignación con ella misma me ha sonado a conformismo y eso yo no lo quiero de nadie ni se lo deseo a nadie. Su papel con Danny primero y con los gemelos después han marcado mucho su concurso, igual que a Igor su papel con Miriam, y en ambos no ha estado acertada para mi gusto, ha renegado de ella para hacer un servicio a los demás, ha dotado de humildad lo que a mi me ha parecido servilismo, pero al igual que dije de Igor, todos cometen errores, y eso es lo que queremos en el fondo, que se muestren, ya lo dije, y ella, también lo ha hecho a pesar de todo. Sería una buena ganadora, Igor también lo sería.

  Solo nos queda esperar a ver la resolución del concurso, ahí es nada. Seguro que mañana será otro día, de conclusiones, de análisis, pero hoy es de esperanza, de esperanza para ellos y para sus seguidores, para sus simpatizantes, pero sobre todo para nosotros, para todos los que amamos Gran Hermano, es nuestro día, pase lo que pase. Feliz final a todos.