22 de diciembre de 2014

THE SHOW MUST GO ON



   El programa propone y la casa dispone, anoche fue el debate final donde se hizo un resumen comentado de todo lo acontecido en Guadalix, debate como tal no hubo mucho,  más bien un repaso genérico de los acontecimientos más comentados, buen rollo en general y punto final. Esperaba mucho más, las galas finales son para lo que son y los debates finales también debían ser para lo que son. Tener a todos los concursantes allí presentes unos días después de haberse podido informar más o menos de todo lo acontecido tanto dentro como fuera, haber podido hablar con familiares y amigos, ver la repercusión que ha tenido su concurso  o conocer las diferentes actitudes de los excompañeros podría ser argumento suficiente para aclarar muchas cosas o al menos saber realmente lo que opinan. Volvimos a ver de nuevo por enésima vez muchos de los vídeos repetidos durante la edición, eso sí, algunos inéditos para ellos . Curioso que la mayoría se enterase anoche por ejemplo  que Omar y Alfredo eran hermanos, vamos que si no se dice anoche lo mismo pasan  años y ni se enteran.

  Decía al principio que el programa propone y la casa dispone. Alfredo y Omar tenían asignados sus respectivos números para la trama “hermanos que se conocen durante la edición”; Azahara y Luis abrirían el debate nacional sobre el maltrato a los animales o toros si toros no y luego algunos perfiles tipo primos, primas, Hugo o el forzado encuentro Paula-Papirrín tendrían las puertas abiertas para la tan ansiada carpeta. Por supuesto que nada salió como estaba previsto, Omar y Alfredo no estaban muy por su labor, la trama antitaurina se quedó reducida a una discusión sin mayores consecuencias y las posibles carpetas excepto la de Omar y Paula se quedaron en un vano intento que coparon toda la edición. 

  La relación entre Paula y Omar y sus consecuencias ha generado muchos de los argumentos posteriores, el intento de crear carpeta entre Yoli-Jonathan y Azahara-Juanma, el extraño juego de Fran y la irregular trayectoria de Luis ha sido quizás lo más representativo, de estos titulares se desprendió todo lo demás, la entrada en concurso de Lucía y la famosa noche de las cuatro interminables horas, el acercamiento Paula-Luis, los enfrentamientos de Ale con algunos compañeros, el curioso lenguaje en clave o la anécdota de las pelotas de tenis que puso en aviso a los concursantes sobre Fran fueron algunas ramificaciones de esas consecuencias. El episodio “putanesca” dio origen a dos de las mayores discusiones de la casa y si acaso de las más violentas, algunas despedidas con Fran, el desconcierto de las exposiciones entre parejas, el rebote de Paula con la ropa, las cartas de Loli o la precipitada final fueron otros de los episodios más comentados de la edición. Un repaso breve de todo ello configuró el debate final de la edición.

  En la aplicación se preguntó a la audiencia sI había sido esta, como decía mucha gente, la mejor edición de todas, cada uno tendrá su opinión personal. Está claro que a los “nuevos” que solo han vivido las dos últimas ediciones la respuesta no dejaría lugar a dudas, para la gente que seguimos el programa desde su inicio la mera consulta nos parecería una provocación. La edición no ha sido de las que con el tiempo catalogaremos como buena, tampoco ha sido de las más malas, yo diría que ha estado bien a secas, un bien raspadillo teniendo en cuenta que la misma organización ha tenido en no pocas ocasiones que tirar del carro de los concursantes aumentando el número de fiestas y alcohol y ser determinante con la decisión de meter en concurso a Lucía. No podemos olvidar la decepción que se ha tenido con muchos de los concursantes, Juanma, Hugo, Aza, Jonathan, Alfredo, Loli, Mayka entre otros de los que se esperaba mucho más. El peso de la edición ha recaído en un pequeño número de personas que han sufrido el desgaste mucho antes que los demás. El nivel de audiencia ha sido bueno en comparación con la calidad de la edición y eso siempre es de celebrar.

  Gran Hermano “quinze” ya ha terminado con la victoria abrumadora de Paula con mucha diferencia de votos con respecto a los demás finalistas. Ha sido una de las ediciones más cortas de toda la historia en España, en unos pocos días se pondrá en marcha una nueva edición Vip con la intención de intentar paliar el amargo sabor de boca que le ha dejado la edición a la cadena y relanzar  sus expectativas con un modelo más acorde a la filosofía de la misma. Nosotros nos bajamos aquí. Algunos miembros de este blog ya están trabajando para tener un sitio donde poder compartirlo, me parece una gran idea y estoy seguro de su éxito…  les deseo muchísima suerte. Nosotros ya hemos cumplido con nuestro cometido como venimos haciendo desde hace algunos años,  que no es otro que tener un espacio abierto para comentar  nuestro programa favorito con arreglo a nuestras limitadas posibilidades. Gran Hermano Quinze es un blog temático sobre el concurso, y como bien sabéis cuando se cierra la casa se cierra el blog que de nuevo si no pasa nada se volverá abrir cuando de nuevo se vuelva a abrir la casa. También es todo un clásico. Permanecerá abierto unos días más como siempre se hace para poder enlazar en el menor tiempo posible y de forma gradual con el nuevo blog de los compañeros que tomarán el relevo.

   No es una despedida. Sólo quería agradeceros a todos y cada uno de vosotros, no nombraré a nadie para que no me pase como el año pasado, sois todos, y cuando digo todos, es todos, desde al anónimo que solo ha pasado a leer hasta cualquiera de los fieles que nos siguen desde el primer día, agradeceros como digo vuestra colaboración y saber estar. Sé que ha habido momentos buenos y otros menos buenos, como siempre ha pasado, es normal que esto ocurra, señal de que el blog ha estado más vivo que nunca. Sí que me voy a permitir hacer una única mención sobre un amigo que ha aparecido este año y que para mí ha significado una agradable sorpresa, me refiero a Michael (y Tesqui), a quienes siempre eché de menos como a muchos otros de aquellos inicios y que este año nos ha brindado la oportunidad de poder disfrutar de sus escritos y sus formas. Quisiera de nuevo daros las gracias a todos uno a uno, y pediros que me perdonéis si en algún momento algunos de mis comentarios o actuaciones ha podido haceros daño o no han sido las adecuadas. Que paséis unos felices días de navidad en compañía de los vuestros y nos seguimos viendo por aquí.

GANÓ PAULA

Estaba terminando la entrada cuando, como me pasa muchas veces, la he borrado. Me he dicho, no, no me gusta. Hablaba de la gala de anoche, de cómo se desarrolló todo, intentaba resumirlo en unas pocas líneas  para empezar a comentar algunas de mis propias conclusiones. Y conforme iba describiendo escenas, otras se me iban viniendo  a la cabeza. Unas buenas, otras malas, en unas expresaba mi emoción en otras mi rabia, escribía un poco de las tres y de cómo fue su gran noche, en realidad como fue la que tenía que ser “Gran Noche” de todos, espectadores, organización, concursantes, finalistas, familiares y sobre todo la gran noche de la ganadora. Otros años, me vería en este momento escribiendo esta entrada desde lo más profundo, seguramente como prolongación a lo vivido  la noche anterior, hubiese ganado o no mi favorito.  No tuve mucha emoción anoche, al menos no la emoción de otras veces. Creo que me hubiese dado igual ganase quien ganase porque aunque mi favorita era Alejandra y deseaba que fuese ella la que se alzase con el triunfo, me temo que tampoco hubiese estallado mucho de emoción. 

  Ha sido una edición pobre de emociones y yo soy mucho de ello. Nadie ha conseguido atraparme hasta el punto de oír el nombre de la ganadora y sentir como un punzón en el corazón …  para bien porque habría ganado la mía o para mal porque hubiese perdido.  No, reconozco que no fue así. Creo que el Gran Hermano que a mi me gusta lo tengo un poco idealizado,  quizás se haya ido difuminando con el paso de los años y yo que me considero una persona fiel y persistente aún lo espero año tras año con la misma ilusión que el primer  día deseando que de nuevo volviese a aparecer. Me enredo me enredo y al final me paso tres meses aquí disfrutando con vosotros sobre lo que algún día me llenaba mis días de pasión, de emociones, de enganche total hasta la locura, recuerdo aquellos días en que ni comía por llegar a casa y lanzarme corriendo al ordenador a ver si había pasado algo especial. Ahora lo intento, quiero que vuelva a ser así, pero no lo consigo.

   Muchos a estas alturas ya los imagino pensando, claro como no ha ganado su favorita se le ve así de reventado y por eso escribe de esta forma tan desanimada. Pues sí, lo mismo quien piense así tenga razón, pero no, no es porque haya ganado Paula o no haya ganado Alejandra como me hubiese gustado. No es eso. Es más, al final viendo algunas cosas he empezado a ver a Paula en los ojos de todos claro con bastante más simpatía de lo que imaginaba. Seguramente estas últimas semanas en que la he visto a ella sola sin la protección de nadie y sin la obligación de tener que demostrar lo que ella misma había dicho en su vídeo de presentación, “me gusta llamar la atención”.  Sin esa necesidad imperiosa ya empezaba a verla como una persona mucho más normal. Ganó ella, ganó Paula. Y desde aquí la felicito como felicito a todos sus seguidores, especialmente los que desde aquí creyeron en ella desde el primer minuto y tanto la han defendido. También felicito a los míos, a los que hemos perdido, porque a pesar de todo sigo pensando que nunca nos equivocamos en elegirla a ella.

   Siempre cuando habíamos pensado que Gran Hermano no podría hacerlo peor va y lo supera, y encima el día de la gran gala final. La gran fiesta, el gran día que tenía que haber sido un homenaje para las tres finalistas, una noche de agradecimiento por los noventa días que nos han dado, un premio, un día de alegría y de felicidad para los seguidores de la ganadora van y lo convierten con toda la mala leche del mundo en una noche de vendettas, de odios y recelos, de aclarar cuentas pendientes, venganzas y ensalzamiento de egos, de devolver favores a los amigos pelotas para quedar bien y de sembrar dudas sobre todo y sobre todos. Ese es el verdadero problema de Gran Hermano, querer convertirlo en lo que no es y empeñarse en ello hasta las últimas consecuencias.  Muchas cosas han de cambiar, empezando por la actitud de una presentadora, imagen visible del programa, que debería inyectarse un poco más de humildad si de verdad quiere seguir presentándolo y prescindir de una buena dosis de su soberbia y arrogancia, porque no solo es la actitud lo que provoca un rechazo evidente,  es su propia imagen, esa pose de altanería y querer parecer que siempre está por encima del bien y del mal pasando por encima de lo que en otros tiempos siempre habían sido sus niños. Diciéndole a las familias, a los concursantes, al público en general  lo que tienen o no tienen que decir, como tienen que pensar o  lo que tienen que hacer, cuando empiezas así empiezas a enseñar todas las costuras de tu propia decadencia y te subrogas el propio programa a tus espaldas uniendo los destinos.

   Anoche sucedieron cosas muy extrañas, a lo mejor son tonterías. Fue una gala rara desde el principio, no sé, hablo por mí, intuía en el ambiente un tufillo de mal rollo increíble, un divorcio evidente entre lo de dentro, lo de más dentro y lo de fuera. Se palpaba en el ambiente y al final, como no tenía que ser de otra manera todo salió a la luz.  Este es un blog muy humilde, apenas se publicita y solo lo mantenemos para divertirnos y pasar unos ratos agradables, pero nunca me pude llegar a imaginar que el simple título de una entrada tuviese que obligar a la presentadora a hacer un verdadero y titánico  esfuerzo durante toda la noche para no dejarla al descubierto y en evidencia,  aunque fuese  a costa de ningunear  el trabajo de todas aquellas personas que como bien se apresuró a recalcar habían estado trabajando día y noche para que todo saliese bien.  Actitudes como esa no solo son ridículas y patéticas sino que dejan en muy mal lugar a aquellos que sí que se desviven por el programa, y que como es normal estén de la señora y sus tonterías hasta los mismísimos.

  Cuando llevábamos unos pocos días de edición, todos nos dimos cuenta de que algo no iba bien y no estaba saliendo como estaba previsto. Se encendieron todas las alarmas, quizás el casting no había salido como imaginábamos o algunos objetivos podrían estar en peligro. La solución fue drástica, había que fabricar un ganador a la medida del programa y poco a poco fue emergiendo la figura de Paula ganadora de Gh15. Había que romper las normas y tras su agotador flirteo con Omar se empezó a construir sobre ella los cimientos de lo que sería el peso de toda la edición, se mete a Lucía, se ensalzan las lágrimas y se acentúa una personalidad distinta sobre la que podamos arremeter y buscar el efecto acción-reacción, poco a poco Paula va creciendo a la velocidad que crecen sus tramas, aumenta la duración de sus videos y se radicalizan sus gestos, no puede pasar desapercibida.  Hay que buscar el antídoto y se potencia la imagen negativa de Omar para crear displicencia y rival, encauzar el argumento mientras se busca o aparece el verdadero príncipe azul que nos realce su lado encantador y entrañable. La red ya está tejida y solo es cuestión de tiempo. Luis cae en las garras y todo se desarrolla a las mil maravillas.  Fin del argumento.

   Muchos nos hemos rebelado ante lo imposible y hemos adoptado a Alejandra como la concursante capaz de derribar un muro de hormigón armado, hemos luchado con la única arma de la naturalidad, la esencia de aquello que siempre fue, la convivencia, el buen rollo, el valor y la verdad. Pero ahora, eso no es suficiente. Paula ha sido al espectáculo como Gran Hermano ha sido a Paula. Se ha buscado desesperadamente el espectáculo y todos excepto ella se negaron a actuar. La televisión es espectáculo o muerte, o era Paula o el abismo y volver a negro. Paula, sin lugar a dudas nos ha dado espectáculo. Ha arriesgado, ha asumido su papel y lo ha desarrollado a la perfección. Sin duda, es una merecida ganadora. Lo que la gente ha pedido se le ha dado. Lo que algunos pedimos, nos está costando mucho encontrarlo, es más difícil. No por lo que es, sino por lo que se le ha pedido, Paula nos lo ha dado.

19 de diciembre de 2014

GANÓ PAULA



   Estaba terminando la entrada cuando, como me pasa muchas veces, la he borrado. Me he dicho, no, no me gusta. Hablaba de la gala de anoche, de cómo se desarrolló todo, intentaba resumirlo en unas pocas líneas  para empezar a comentar algunas de mis propias conclusiones. Y conforme iba describiendo escenas, otras se me iban viniendo  a la cabeza. Unas buenas, otras malas, en unas expresaba mi emoción en otras mi rabia, escribía un poco de las tres y de cómo fue su gran noche, en realidad como fue la que tenía que ser “Gran Noche” de todos, espectadores, organización, concursantes, finalistas, familiares y sobre todo la gran noche de la ganadora. Otros años, me vería en este momento escribiendo esta entrada desde lo más profundo, seguramente como prolongación a lo vivido  la noche anterior, hubiese ganado o no mi favorito.  No tuve mucha emoción anoche, al menos no la emoción de otras veces. Creo que me hubiese dado igual ganase quien ganase porque aunque mi favorita era Alejandra y deseaba que fuese ella la que se alzase con el triunfo, me temo que tampoco hubiese estallado mucho de emoción. 

  Ha sido una edición pobre de emociones y yo soy mucho de ello. Nadie ha conseguido atraparme hasta el punto de oír el nombre de la ganadora y sentir como un punzón en el corazón …  para bien porque habría ganado la mía o para mal porque hubiese perdido.  No, reconozco que no fue así. Creo que el Gran Hermano que a mi me gusta lo tengo un poco idealizado,  quizás se haya ido difuminando con el paso de los años y yo que me considero una persona fiel y persistente aún lo espero año tras año con la misma ilusión que el primer  día deseando que de nuevo volviese a aparecer. Me enredo me enredo y al final me paso tres meses aquí disfrutando con vosotros sobre lo que algún día me llenaba mis días de pasión, de emociones, de enganche total hasta la locura, recuerdo aquellos días en que ni comía por llegar a casa y lanzarme corriendo al ordenador a ver si había pasado algo especial. Ahora lo intento, quiero que vuelva a ser así, pero no lo consigo.

   Muchos a estas alturas ya los imagino pensando, claro como no ha ganado su favorita se le ve así de reventado y por eso escribe de esta forma tan desanimada. Pues sí, lo mismo quien piense así tenga razón, pero no, no es porque haya ganado Paula o no haya ganado Alejandra como me hubiese gustado. No es eso. Es más, al final viendo algunas cosas he empezado a ver a Paula en los ojos de todos claro con bastante más simpatía de lo que imaginaba. Seguramente estas últimas semanas en que la he visto a ella sola sin la protección de nadie y sin la obligación de tener que demostrar lo que ella misma había dicho en su vídeo de presentación, “me gusta llamar la atención”.  Sin esa necesidad imperiosa ya empezaba a verla como una persona mucho más normal. Ganó ella, ganó Paula. Y desde aquí la felicito como felicito a todos sus seguidores, especialmente los que desde aquí creyeron en ella desde el primer minuto y tanto la han defendido. También felicito a los míos, a los que hemos perdido, porque a pesar de todo sigo pensando que nunca nos equivocamos en elegirla a ella.

   Siempre cuando habíamos pensado que Gran Hermano no podría hacerlo peor va y lo supera, y encima el día de la gran gala final. La gran fiesta, el gran día que tenía que haber sido un homenaje para las tres finalistas, una noche de agradecimiento por los noventa días que nos han dado, un premio, un día de alegría y de felicidad para los seguidores de la ganadora van y lo convierten con toda la mala leche del mundo en una noche de vendettas, de odios y recelos, de aclarar cuentas pendientes, venganzas y ensalzamiento de egos, de devolver favores a los amigos pelotas para quedar bien y de sembrar dudas sobre todo y sobre todos. Ese es el verdadero problema de Gran Hermano, querer convertirlo en lo que no es y empeñarse en ello hasta las últimas consecuencias.  Muchas cosas han de cambiar, empezando por la actitud de una presentadora, imagen visible del programa, que debería inyectarse un poco más de humildad si de verdad quiere seguir presentándolo y prescindir de una buena dosis de su soberbia y arrogancia, porque no solo es la actitud lo que provoca un rechazo evidente,  es su propia imagen, esa pose de altanería y querer parecer que siempre está por encima del bien y del mal pasando por encima de lo que en otros tiempos siempre habían sido sus niños. Diciéndole a las familias, a los concursantes, al público en general  lo que tienen o no tienen que decir, como tienen que pensar o  lo que tienen que hacer, cuando empiezas así empiezas a enseñar todas las costuras de tu propia decadencia y te subrogas el propio programa a tus espaldas uniendo los destinos.

   Anoche sucedieron cosas muy extrañas, a lo mejor son tonterías. Fue una gala rara desde el principio, no sé, hablo por mí, intuía en el ambiente un tufillo de mal rollo increíble, un divorcio evidente entre lo de dentro, lo de más dentro y lo de fuera. Se palpaba en el ambiente y al final, como no tenía que ser de otra manera todo salió a la luz.  Este es un blog muy humilde, apenas se publicita y solo lo mantenemos para divertirnos y pasar unos ratos agradables, pero nunca me pude llegar a imaginar que el simple título de una entrada tuviese que obligar a la presentadora a hacer un verdadero y titánico  esfuerzo durante toda la noche para no dejarla al descubierto y en evidencia,  aunque fuese  a costa de ningunear  el trabajo de todas aquellas personas que como bien se apresuró a recalcar habían estado trabajando día y noche para que todo saliese bien.  Actitudes como esa no solo son ridículas y patéticas sino que dejan en muy mal lugar a aquellos que sí que se desviven por el programa, y que como es normal estén de la señora y sus tonterías hasta los mismísimos.

  Cuando llevábamos unos pocos días de edición, todos nos dimos cuenta de que algo no iba bien y no estaba saliendo como estaba previsto. Se encendieron todas las alarmas, quizás el casting no había salido como imaginábamos o algunos objetivos podrían estar en peligro. La solución fue drástica, había que fabricar un ganador a la medida del programa y poco a poco fue emergiendo la figura de Paula ganadora de Gh15. Había que romper las normas y tras su agotador flirteo con Omar se empezó a construir sobre ella los cimientos de lo que sería el peso de toda la edición, se mete a Lucía, se ensalzan las lágrimas y se acentúa una personalidad distinta sobre la que podamos arremeter y buscar el efecto acción-reacción, poco a poco Paula va creciendo a la velocidad que crecen sus tramas, aumenta la duración de sus videos y se radicalizan sus gestos, no puede pasar desapercibida.  Hay que buscar el antídoto y se potencia la imagen negativa de Omar para crear displicencia y rival, encauzar el argumento mientras se busca o aparece el verdadero príncipe azul que nos realce su lado encantador y entrañable. La red ya está tejida y solo es cuestión de tiempo. Luis cae en las garras y todo se desarrolla a las mil maravillas.  Fin del argumento.

   Muchos nos hemos rebelado ante lo imposible y hemos adoptado a Alejandra como la concursante capaz de derribar un muro de hormigón armado, hemos luchado con la única arma de la naturalidad, la esencia de aquello que siempre fue, la convivencia, el buen rollo, el valor y la verdad. Pero ahora, eso no es suficiente. Paula ha sido al espectáculo como Gran Hermano ha sido a Paula. Se ha buscado desesperadamente el espectáculo y todos excepto ella se negaron a actuar. La televisión es espectáculo o muerte, o era Paula o el abismo y volver a negro. Paula, sin lugar a dudas nos ha dado espectáculo. Ha arriesgado, ha asumido su papel y lo ha desarrollado a la perfección. Sin duda, es una merecida ganadora. Lo que la gente ha pedido se le ha dado. Lo que algunos pedimos, nos está costando mucho encontrarlo, es más difícil. No por lo que es, sino por lo que se le ha pedido, Paula nos lo ha dado.

18 de diciembre de 2014

LA OTRA FINAL (2)

  Nunca he tenido problemas para dormir pero hoy me he levantado inquieta, la ansiedad me está matando y el aburrimiento me desespera. Ya no sabemos lo que hacer, ayer estuvimos viendo Titanic para hacer tiempo y hoy es el gran día. Estoy nerviosa,  más que nerviosa, atacada. Hoy es mi último día aquí, mañana ya estaré en mi casita, que ganas tengo de ver a todo el mundo,  que pase pronto. Son las once y acabamos de despertarnos. Mi  prima se ha levantado contenta y se ha puesto a bailar encima de la cama con Paula, hemos empezado una guerra de almohadas. Nos avisa el súper.

  Acabamos de desayunar, las tres hemos comentado lo mismo, que “penica” que esto se termine, estamos alegres pero al mismo tiempo tristes, hoy se nos va a hacer el día muy largo, dejo esto que voy a ducharme y me ha llamado el súper al confe. Luego sigo. Me ha preguntado si tengo ganas de salir, le he dicho que si, pero  solo un ratito, me gustaria salir ver a los mios y luego volver otra vez, pero sé que  eso no puede ser. Me he emocionado cuando me ha preguntado que a quién tengo más ganas de ver, me he acordado de todos, de mi madre, de mi padre, de mis amigas, de Vitín, de Omar, ya queda poco, me ha dicho que estemos entretenidas y que no pensemos demasiado y así veremos como pasan las horas más rápidas. Eso es muy fácil decirlo, pero estamos muy nerviosas, no sabemos lo que hacer, creo que en cualquier momento me voy a poner a llorar aunque no quiero que nadie me vea. Ahora está Paula en el confesionario, ya sale, y también tiene los ojos hinchados. Acaba de entrar mi prima.

  Acabamos de comer, el cuerpo noto como se me va acelerando, he dicutido con mi prima por una tontería como ayer, pero no ha sido nada. Voy a dormir un poco la siesta, a ver si cuando me despierte ya se hace la hora, pero no sé si voy a poder dormir.  No puedo evitar fijarme en todo, lo voy a echar tanto de menos. Miro a Paula y digo, va a ganar ella. Después miro a mi prima y digo, va a ganar ella porque se lo merece. Pienso que van a ganar todos menos yo. Yo no puedo ganar, pero me da igual, estoy supercontenta de haber llegado hasta aquí, y además con mi prima que era lo que queríamos. Puffffffff… me emociono otra vez.

  Son las seis, y ya no puedo dormir, hablamos y nos animamos, cantamos, nos han puesto música y hemos bailado un poco, ya he dejado preparada mi ropa, estoy atacada, se me aceleran las palabras, voy de un sitio para otro, me siento, me levanto, como algo, hablamos y vemos las fotos de toda la gente, me vuelvo a emocionar pero los nervios pueden conmigo, se me está haciendo larguísimo. Me acabo de duchar, hemos estado arreglándonos las tres a la vez, no hago más que saltar, mi prima me come a besos, hacemos una piña y nos abrazamos las tres, saltamos, gritamos. Ya queda poco tiempo y estoy atacada perdida, puffffff, el cuello ya ni me duele.

   Queda media hora, nos miramos y no acertamos a decir nada, el súper nos ha preguntado si ya estábamos preparadas y hemos chillado al mismo tiempo siiiiiiii, nos ha dicho que estemos tranquilas, si, ya. Que ya queda poco. Uffff, que fuerte, ha salido Mercedes, ya estamos más tranquilas, nos vamos, que nervios.

   Es precioso, han convertido la casa en un cuento de hadas. Qué bonitoooo. No tengo palabras. Precioso. Nos abrazamos, Paula grita, muero de amor, mi prima grita, yo grito pero no puedo de los nervios. Lo han decorado todo como en la época victoriana, todo muy tradicional como navideño con tarjetas de felicitaciones, cuentos y personajes de Disney, increíble. Nos dicen que salgamos al jardín, ohhhhh, precioso, todo lleno de luces de navidad, de bolas, de figuras, me encanta, me abrazo a mi prima, Paula se ha vuelto loca, y de repente se ha vuelto a llorar, que bonito. Estoy feliz. Lo han cubierto todo con una carpa para no tener frio, porque si no, con esta ropa me hubiese helado. Puffffff, que fuerte. Hay un escenario. Nos dicen que subamos y esperemos. Nos cantan para entretenernos pero dura poco, de nuevo volvemos a la realidad, la actuación no lo ha mejorado, han sido unos minutos. Estamos nerviosas, aparece Mercedes. ¿Qué tal chicas? ¿Nerviosas? “Ha llegado el momento de que una de vosotras abandone la casa”. Puffffff, no puedo más, salto, salto, me abrazo a mi prima, mi prima se abraza a mí, Paula también, nos cogemos de la mano, Paula se coge las manos como si estuviese rezando, mi prima y yo nos apretamos fuerte, yo no quiero mirar.  “La audiencia ha decidido… que debe abandonar la casa, ufff, son segundos pero parecen horas, no habla, se calla, que lo diga ya, ¿pero qué le pasa?... Yolanda. Lo ha dicho seco, no muy alto, sale una foto de mi prima de atrás, una muy grande. Me abrazo a ella, ha sido como una puñalada. Me he quedado helada. No puedo decir nada, la intento animar, ella está contenta… y nerviosa. No pasa nada, le decimos, si nos vamos a ver ahora. Te quierotequierotequiero, la beso y la aprieto contra mi, tequierotequierotequiero. Paula se ha quedado muda y no dice palabra, está como bloqueada, se rie sin ganas, la abraza y le dice que la quiere, le vuelve a repetir que nos vamos a ver enseguida, que ahora va ella.

  Se va. Me quedo triste, no soy consciente de estar aquí sola, con Paula. Estamos nerviosas, pero apenas podemos hablar, estamos calladas, nos animamos un poco, tenemos que romper el hielo, nos abrazamos. ¿Te imaginas? Me pregunta, no, le respondo, en realidad no sé ni lo que me ha preguntado, no me quito de la cabeza la imagen de mi prima saliendo por la puerta, me ha dejado rota. No me hago cargo de la situación. Estamos tristes, como preocupadas, yo creo que es miedo,  o pánico, de nuevo empezamos a dar saltitos. Nos han puesto música e intentamos animarnos pero no podemos, lo intentamos disimular pero no podemos, estamos tensas las dos. Yo creo que estoy pensando lo mismo que ella. No me lo creo, no me lo creo, no puede ser. Pufffff, que fuertee. Ella sacude los dedos, se toca la cara, los vuelve a sacudir, no me lo creo dice, no me lo creo, pase lo que pase estoy feliz me dice, yo ni la oigo.

  Vuelve a aparecer Mercedes. “Ya estoy otra vez aquí, ¿que tal chicas?”. Lleva un sobre en la mano, y se ríe. Ha llegado el momento, dice, o algo así, en realidad ni la estoy escuchando, estoy atacada, me abrazo a Paula, nos volvemos a separar, le contestamos a la vez, “ya hay ganadora de GH15, oigo que dice… pufffff, novoyaseryonopuedesernovoyaseryoyaloverás, estoy tiritando, pero no sé si es de frio o de miedo. Mercedes se ríe, yo ya no sé ni lo que le digo, nos pregunta como nos sentimos, puffffff.

   La audiencia…  se oye detrás nuestra en esos altavoces gigantes que han puesto, estamos mirando a la pantalla, Mercedes no ha dicho que miremos fijamente hacia ella. Ha decidido… de nuevo el mismo silencio que antes, estamos cogidas de la mano,  Paula no sé si se rie o mira hacia abajo, yo no le quito ojo a la pantalla, silencio, tensión, no se oye ni una mosca, han parado hasta la música, se hace eterno…. Algo se empieza a mover, se mueve, sube, quien es, quien es, yo, soy yo soy yo soy yo….. Alejandraaaa, se oye gritar a Mercedes mientras mi foto poco a poco va subiendo. Lloro, salto, me abrazo a Paula, no me lo creo grito, lloro, río, no puede ser, ¿en serio? Pregunto a no sé quién. No me lo creo. No me lo creo. Paula tienes que abandonar la casa, se oye decir a Mercedes. Nos abrazamos, suerte le digo sin saber lo que decir, suerte, te quiero me atrevo a decirle, está seria, fría, se ha quedado paralizada, llora flojito, enhorabuena me ha dicho, pero de manera un poco fria. Nos volvemos a abrazar, nos vemos ahora le digo, no me lo creo, no me lo creo. Ahora nos vemos, si… suerte.

   Ya se ha ido, estoy sola, y sigue sin oirse nada. De nuevo aparece Mercedes, ni me había dado cuenta de los fuegos, ni de leer mi nombre en grande, no me había dado cuenta de nada, Enhorabuena, me dice, acabas de proclamarte ganadora de GH15, me grita, gracias Mercedes no me lo creo, puffff, no puede ser, no me lo creo. Pues creetelo porque es verdad … Disfruta de este momento mágico y … enseguida nos vemos. Me dice, apagándose el plasma. De nuevo sola. ¿Qué hago, super?. No dice nada. Se ha hecho el silencio. ¿Súper? Le insisto. Nada. Joder. ¿Qué hago, suuuuuperrrrrrr?. Silencio.

   Me estoy helando. No me lo creo, si me pinchan no me sacan sangre. No siento nada. No soy nada. Estoy vacía. Vacía de felicidad, no puede ser verdad. No es cierto. Esto es un sueño que nunca ha ocurrido. Me voy para la casa. El salón de nuevo. Lo miro como si no lo hubiese visto nunca. Qué recuerdos. Me siento.  Espero. Me vuelvo a levantar. Silencio. Voy hacia la cocina, intento comer algo pero no puedo. Ando, deambulo por la casa. La habitación, miro mi cama, la de mi prima, los recuerdos, las fotos, se me cae una lágrima, la foto de Vitín, qué recuerdos.

Silencio. Soledad. Silencio. Soledad.

  ¿Alejandra? Se oye la voz del súper. Dime, súper. Puedes salir por la puerta de la izquierda. Mientras nos alejamos no puedo evitar mirar hacia atrás. Poco a poco se va alejando. Veo como se apagan sus luces, ya no la veo. No puedo pensar. Me hablan … pero casi no oigo nada. Todo podría pasar así. O tal vez no. Puede ocurrir. O tal vez no. Podría ser Alejandra. O tal vez no. En cualquier caso, sería otra final.



LA OTRA FINAL



  Nunca he tenido problemas para dormir pero hoy me he levantado inquieta, la ansiedad me está matando y el aburrimiento me desespera. Ya no sabemos lo que hacer, ayer estuvimos viendo Titanic para hacer tiempo y hoy es el gran día. Estoy nerviosa,  más que nerviosa, atacada. Hoy es mi último día aquí, mañana ya estaré en mi casita, que ganas tengo de ver a todo el mundo,  que pase pronto. Son las once y acabamos de despertarnos. Mi  prima se ha levantado contenta y se ha puesto a bailar encima de la cama con Paula, hemos empezado una guerra de almohadas. Nos avisa el súper.

  Acabamos de desayunar, las tres hemos comentado lo mismo, que “penica” que esto se termine, estamos alegres pero al mismo tiempo tristes, hoy se nos va a hacer el día muy largo, dejo esto que voy a ducharme y me ha llamado el súper al confe. Luego sigo. Me ha preguntado si tengo ganas de salir, le he dicho que si, pero  solo un ratito, me gustaria salir ver a los mios y luego volver otra vez, pero sé que  eso no puede ser. Me he emocionado cuando me ha preguntado que a quién tengo más ganas de ver, me he acordado de todos, de mi madre, de mi padre, de mis amigas, de Vitín, de Omar, ya queda poco, me ha dicho que estemos entretenidas y que no pensemos demasiado y así veremos como pasan las horas más rápidas. Eso es muy fácil decirlo, pero estamos muy nerviosas, no sabemos lo que hacer, creo que en cualquier momento me voy a poner a llorar aunque no quiero que nadie me vea. Ahora está Paula en el confesionario, ya sale, y también tiene los ojos hinchados. Acaba de entrar mi prima.

  Acabamos de comer, el cuerpo noto como se me va acelerando, he dicutido con mi prima por una tontería como ayer, pero no ha sido nada. Voy a dormir un poco la siesta, a ver si cuando me despierte ya se hace la hora, pero no sé si voy a poder dormir.  No puedo evitar fijarme en todo, lo voy a echar tanto de menos. Miro a Paula y digo, va a ganar ella. Después miro a mi prima y digo, va a ganar ella porque se lo merece. Pienso que van a ganar todos menos yo. Yo no puedo ganar, pero me da igual, estoy supercontenta de haber llegado hasta aquí, y además con mi prima que era lo que queríamos. Puffffffff… me emociono otra vez.

  Son las seis, y ya no puedo dormir, hablamos y nos animamos, cantamos, nos han puesto música y hemos bailado un poco, ya he dejado preparada mi ropa, estoy atacada, se me aceleran las palabras, voy de un sitio para otro, me siento, me levanto, como algo, hablamos y vemos las fotos de toda la gente, me vuelvo a emocionar pero los nervios pueden conmigo, se me está haciendo larguísimo. Me acabo de duchar, hemos estado arreglándonos las tres a la vez, no hago más que saltar, mi prima me come a besos, hacemos una piña y nos abrazamos las tres, saltamos, gritamos. Ya queda poco tiempo y estoy atacada perdida, puffffff, el cuello ya ni me duele.

   Queda media hora, nos miramos y no acertamos a decir nada, el súper nos ha preguntado si ya estábamos preparadas y hemos chillado al mismo tiempo siiiiiiii, nos ha dicho que estemos tranquilas, si, ya. Que ya queda poco. Uffff, que fuerte, ha salido Mercedes, ya estamos más tranquilas, nos vamos, que nervios.

   Es precioso, han convertido la casa en un cuento de hadas. Qué bonitoooo. No tengo palabras. Precioso. Nos abrazamos, Paula grita, muero de amor, mi prima grita, yo grito pero no puedo de los nervios. Lo han decorado todo como en la época victoriana, todo muy tradicional como navideño con tarjetas de felicitaciones, cuentos y personajes de Disney, increíble. Nos dicen que salgamos al jardín, ohhhhh, precioso, todo lleno de luces de navidad, de bolas, de figuras, me encanta, me abrazo a mi prima, Paula se ha vuelto loca, y de repente se ha vuelto a llorar, que bonito. Estoy feliz. Lo han cubierto todo con una carpa para no tener frio, porque si no, con esta ropa me hubiese helado. Puffffff, que fuerte. Hay un escenario. Nos dicen que subamos y esperemos. Nos cantan para entretenernos pero dura poco, de nuevo volvemos a la realidad, la actuación no lo ha mejorado, han sido unos minutos. Estamos nerviosas, aparece Mercedes. ¿Qué tal chicas? ¿Nerviosas? “Ha llegado el momento de que una de vosotras abandone la casa”. Puffffff, no puedo más, salto, salto, me abrazo a mi prima, mi prima se abraza a mí, Paula también, nos cogemos de la mano, Paula se coge las manos como si estuviese rezando, mi prima y yo nos apretamos fuerte, yo no quiero mirar.  “La audiencia ha decidido… que debe abandonar la casa, ufff, son segundos pero parecen horas, no habla, se calla, que lo diga ya, ¿pero qué le pasa?... Yolanda. Lo ha dicho seco, no muy alto, sale una foto de mi prima de atrás, una muy grande. Me abrazo a ella, ha sido como una puñalada. Me he quedado helada. No puedo decir nada, la intento animar, ella está contenta… y nerviosa. No pasa nada, le decimos, si nos vamos a ver ahora. Te quierotequierotequiero, la beso y la aprieto contra mi, tequierotequierotequiero. Paula se ha quedado muda y no dice palabra, está como bloqueada, se rie sin ganas, la abraza y le dice que la quiere, le vuelve a repetir que nos vamos a ver enseguida, que ahora va ella.

  Se va. Me quedo triste, no soy consciente de estar aquí sola, con Paula. Estamos nerviosas, pero apenas podemos hablar, estamos calladas, nos animamos un poco, tenemos que romper el hielo, nos abrazamos. ¿Te imaginas? Me pregunta, no, le respondo, en realidad no sé ni lo que me ha preguntado, no me quito de la cabeza la imagen de mi prima saliendo por la puerta, me ha dejado rota. No me hago cargo de la situación. Estamos tristes, como preocupadas, yo creo que es miedo,  o pánico, de nuevo empezamos a dar saltitos. Nos han puesto música e intentamos animarnos pero no podemos, lo intentamos disimular pero no podemos, estamos tensas las dos. Yo creo que estoy pensando lo mismo que ella. No me lo creo, no me lo creo, no puede ser. Pufffff, que fuertee. Ella sacude los dedos, se toca la cara, los vuelve a sacudir, no me lo creo dice, no me lo creo, pase lo que pase estoy feliz me dice, yo ni la oigo.

  Vuelve a aparecer Mercedes. “Ya estoy otra vez aquí, ¿que tal chicas?”. Lleva un sobre en la mano, y se ríe. Ha llegado el momento, dice, o algo así, en realidad ni la estoy escuchando, estoy atacada, me abrazo a Paula, nos volvemos a separar, le contestamos a la vez, “ya hay ganadora de GH15, oigo que dice… pufffff, novoyaseryonopuedesernovoyaseryoyaloverás, estoy tiritando, pero no sé si es de frio o de miedo. Mercedes se ríe, yo ya no sé ni lo que le digo, nos pregunta como nos sentimos, puffffff.

   La audiencia…  se oye detrás nuestra en esos altavoces gigantes que han puesto, estamos mirando a la pantalla, Mercedes no ha dicho que miremos fijamente hacia ella. Ha decidido… de nuevo el mismo silencio que antes, estamos cogidas de la mano,  Paula no sé si se rie o mira hacia abajo, yo no le quito ojo a la pantalla, silencio, tensión, no se oye ni una mosca, han parado hasta la música, se hace eterno…. Algo se empieza a mover, se mueve, sube, quien es, quien es, yo, soy yo soy yo soy yo….. Alejandraaaa, se oye gritar a Mercedes mientras mi foto poco a poco va subiendo. Lloro, salto, me abrazo a Paula, no me lo creo grito, lloro, río, no puede ser, ¿en serio? Pregunto a no sé quién. No me lo creo. No me lo creo. Paula tienes que abandonar la casa, se oye decir a Mercedes. Nos abrazamos, suerte le digo sin saber lo que decir, suerte, te quiero me atrevo a decirle, está seria, fría, se ha quedado paralizada, llora flojito, enhorabuena me ha dicho, pero de manera un poco fria. Nos volvemos a abrazar, nos vemos ahora le digo, no me lo creo, no me lo creo. Ahora nos vemos, si… suerte.

   Ya se ha ido, estoy sola, y sigue sin oirse nada. De nuevo aparece Mercedes, ni me había dado cuenta de los fuegos, ni de leer mi nombre en grande, no me había dado cuenta de nada, Enhorabuena, me dice, acabas de proclamarte ganadora de GH15, me grita, gracias Mercedes no me lo creo, puffff, no puede ser, no me lo creo. Pues creetelo porque es verdad … Disfruta de este momento mágico y … enseguida nos vemos. Me dice, apagándose el plasma. De nuevo sola. ¿Qué hago, super?. No dice nada. Se ha hecho el silencio. ¿Súper? Le insisto. Nada. Joder. ¿Qué hago, suuuuuperrrrrrr?. Silencio.

   Me estoy helando. No me lo creo, si me pinchan no me sacan sangre. No siento nada. No soy nada. Estoy vacía. Vacía de felicidad, no puede ser verdad. No es cierto. Esto es un sueño que nunca ha ocurrido. Me voy para la casa. El salón de nuevo. Lo miro como si no lo hubiese visto nunca. Qué recuerdos. Me siento.  Espero. Me vuelvo a levantar. Silencio. Voy hacia la cocina, intento comer algo pero no puedo. Ando, deambulo por la casa. La habitación, miro mi cama, la de mi prima, los recuerdos, las fotos, se me cae una lágrima, la foto de Vitín, qué recuerdos.

Silencio. Soledad. Silencio. Soledad.

  ¿Alejandra? Se oye la voz del súper. Dime, súper. Puedes salir por la puerta de la izquierda. Mientras nos alejamos no puedo evitar mirar hacia atrás. Poco a poco se va alejando. Veo como se apagan sus luces, ya no la veo. No puedo pensar. Me hablan … pero casi no oigo nada. Todo podría pasar así. O tal vez no. Puede ocurrir. O tal vez no. Podría ser Alejandra. O tal vez no. En cualquier caso, sería otra final.